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Economía y Covid-19


Por Armando Maya Castro

El paso mortal del Covid-19 por el mundo ha perjudicado no sólo la salud de millones de seres humanos en el planeta, sino también a los mercados de valores y economías de la mayoría de las naciones.

De acuerdo con expertos en economía, los efectos de la prolongada pandemia en México han sido de tal magnitud que la crisis de empleo que ha ocasionado supera ya a la crisis económica de 1994-95, la cual golpeó sin piedad a la mayoría de los mexicanos.

Todos sabemos que el mencionado colapso económico fue desatado por el llamado “error de diciembre”, poco tiempo después de que Carlos Salinas de Gortari dejara el poder ejecutivo en manos de Enrique Zedillo Ponce de León. Con la frase “error de diciembre” Salinas de Gortari intentó deslindar a su administración de los graves problemas financieros de México, atribuyendo la crisis económica a las supuestas “malas decisiones” de Ernesto Zedillo.

Aquella crisis económica ha sido considerada por diversos analistas como una de las más graves en la historia de México. Tuvo un impacto importante en la caída del empleo, en la devaluación del peso en más del cien por ciento, en la erosión de las reservas internacionales, en la caída del Producto Interno Bruto (PIB) de 6.2 por ciento, en la quiebra de los bancos mexicanos, en la crisis de confianza de los inversionistas internacionales, sólo por mencionar algunos ejemplos.

Aparte de los problemas antes mencionados, recordamos que la crisis de 1995 condujo a muchas personas al suicidio, resultado de la incertidumbre ante el futuro y la desesperación por la pérdida de empleo, así como por la tensión de las deudas.

Agravaron la situación factores tales como la corrupción y el clientelismo político, entendido este último como el canje de votos por favores personales, un problema de corrupción que la clase política mexicana no ha logrado erradicar, pese a las continuas promesas de quienes han gobernado a nuestro país.

En el tiempo actual las cosas son distintas a la devastadora crisis de 1995. La de hoy es una crisis económica ocasionada por un virus que ha sido contraído por más de 14 millones de personas en el mundo, y que en México ha dejado más de 40 mil víctimas mortales.

Ahora que ha empezado la llamada “nueva normalidad” en algunos estados de la República, los mexicanos esperan que las autoridades de gobierno logren detener el colapso financiero y productivo en nuestro país, así como el deterioro del empleo y la sostenibilidad de las empresas, las cuales han visto afectada su productividad por el prolongado, pero a la vez necesario confinamiento.

Los expertos en el tema han analizado el panorama en Latinoamérica, y aunque lo consideran sombrío, sólo mencionan a Argentina, Brasil y Perú como los países que experimentarán las caídas “más brutales” en su actividad económica.

Por fortuna México no figura entre ellos, a pesar de que algunos investigadores han dicho que el nuevo coronavirus sorprendió a la economía mexicana con las “defensas bajas”. Aunque el caso de México es distinto al de los tres países sudamericanos antes mencionados, tendremos que esperar con optimismo que el quehacer político de nuestros gobernantes sea el idóneo, y que la ciudadanía se comporte a la altura de las adversidades, a fin de que figuremos entre los países menos golpeados por la crisis sanitaria.

Lo importante es seguir trabajando unidos y de manera solidaria por el engrandecimiento de nuestro país, y que no bajemos la guardia ante los grandes y diversos problemas que ha traído consigo la pandemia.

Concluyo señalando que una buena noticia para la salud de los seres humanos y para las economías del mundo, incluida la mexicana, es que en el tema de la vacuna para combatir el virus SARS-CoV2, la humanidad empieza a divisar una luz de esperanza al final del túnel.

Twitter: @armayacastro

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