Re-evolución
INSTITUTO DE CIENCIAS FORENSES
FRANCISCO JIMÉNEZ REYNOSO
Cada vez que se busca un cambio se logra, ya sea para bien o para mal, en esta ocasión se nota la falta de experiencia de los nuevos directivos en el Instituto de Ciencias Forenses, y es que son varios trabajadores quienes me han buscado para manifestarme sus quejas que a continuación describo: desde la llegada de la nueva administración en esta Institución en el mes de diciembre ha estado plagada de deficiencias y desavenencias con el personal que ahí labora.
Para dar una idea de que es lo que está pasando, basta ver la falta de servicio y la mala calidad del mismo, ya que según dicen “hay que ahorrar” para quedar bien con los jefes a ver si los ratifican ya que solo son encargados de despacho.
De los problemas que se perciben según el personal que ahí labora, es que no prestan vehículos a los peritos para hacer su trabajo y esto repercute directamente en la productividad, la excusa es el gasto en gasolina y que está es muy cara, entonces a los peritos no les queda de otra que irse en camión, pero entonces viene otro problema, se tardan más en hacer los servicios y esto implica desperdicio de horas trabajo por parte del personal.
Es tan grave el asunto que ni a los mismos jefes de área les está permitido
llevarse el auto a su casa, la pregunta es ¿por qué tendrían que llevárselo? Y la respuesta es: por simple hecho de que son operativos, y no tienen un horario definido, si les llaman para alguna emergencia, y tienen que acudir en el acto cuantas veces sea necesario por acciones de servicio. Pero no es así, ellos tienen que dejar el auto en el Instituto para irse a casa y si hay una emergencia tienen que arreglárselas por sus propios medios.
Tratándose de los servicios médicos forenses, los problemas son con el personal médico, ya que les exigen largas horas extra de trabajo sin retribución alguna y bajo amenazas de sanciones por parte del ministerio público si no entregan un cuerpo en tiempos record.
Las presiones a todo el personal en general ha creado una atmósfera inconveniente, que se nota en el rostro de los servidores públicos y no es apta para una armonía laboral. Según la queja generalizada, no se puede hablar con ellos porque ya que se esconden, saben que la gente quiere hablar con ellos para arreglar problemas y no quieren escuchar.
Desde las siete u ocho de la mañana la gente se forma para entrar y son personas que vienen con problemas, y si se les atora algo no hay quien resuelva porque todas las direcciones del Instituto trabajan a puerta cerrada, no reciben a nadie. Pudimos constatar con algunas entrevistas al personal que llevan dos o tres meses esperando que les den razón de sus asuntos y no se ve nada.
Sería bueno que el gobierno del Estado vaya viendo la posibilidad de nombrar al nuevo responsable del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses ya que se
encuentra acéfalo con un encargado de despacho que no tiene el perfil, ni su equipo directivo para el óptimo desempeño de sus encomiendas, pues en su caso es ingeniero y carece de tacto para tratar al personal.
jimenezabogado@gmail.com