18 de noviembre… y si vivo 100 años
Y si platicamos…
Por Francisco Junco
“Pasaste a mi lado... con gran indiferencia...” 18 de noviembre de 1917, fecha emblemática para los mexicanos, ese día en Mazatlán, Sinaloa estaba viendo la luz quien, a la postre, se convertiría en el ídolo de México, sí, así es, estoy hablando de José Pedro Infante Cruz, mejor conocido como Pedro Infante.
“Tus ojos ni siquiera voltearon hacia mi…”, con más de 366 canciones en su repertorio y 63 películas filmadas, en menos de 20 años, Pedro Infante se convirtió en el ícono nacional, en la referencia cinematográfica por excelencia;
Pedro Infantes logró penetrar en la vida social, no sólo de su época, está presente en la actualidad.
“Te vi sin que me vieras… te hablé sin que me oyeras”, Pedro supo plasmar, junto con directores del cine como Ismael Rodríguez o Miguel Zacarías, la idiosincrasia y esencia del mexicano, logró impregnarse en la historia de México. Así, tenemos al pobre que a base de lucha, sale adelante como el carpintero Pepe El Toro, en Nosotros Los Pobres y Ustedes Los Ricos; el vagabundo como José Medina en Escuela de Vagabundos y el motociclista Pedro Chávez en A.T.M y Qué te ha dado esa Mujer; el oficinista, como Pedro González en Un Rincón Cerca del Cielo; el señor cura como Juan de Dios Andrade en Los Tres Huastecos o Miguel Morales en el Seminarista; el mecánico que estudiando y trabajando quiere salir de su pobreza como Cutberto Caudasa en El Inocente; o el militar y revolucionario Juan Zepeda en Las Mujeres de Mi General; el hijo obediente y amoroso como el que vimos en Silvano Cruz Treviño en la Oveja Negra y No Desearas la Mujer de tu Hijo, al lado de don Fernando Soler.
“Y toda mi amargura se ahogó… Dentro de mí”, proyectaba al enamorado, aquel que les hablaba y cantaba al oído a las mujeres y las conquistaba; cuántos mexicanos (y latinos) no seguían esta escuela. Pedro Infante es el molde sobre el que se imprimió la conciencia de América latina, escribió alguna vez Carlos Monsiváis. Aunque, por algunos es señalado como machista, como el que resaltaba el machismo mexicano, yo no creo esto, ya que tanto en su vida privada como en la proyección de sus películas, nunca mostró este lado. Pedro, el cinematográfico, proyectaba la búsqueda del verdadero amor, en el camino era parrandero, mujeriego y pendenciero, pero al final, al encontrar a su pareja, renunciaba a todo su pasado. “Adiós mi chorreada”, canción que anunciaba el encuentro de su verdadero amor.
“Me duele hasta la vida… Saber que me olvidaste”, en su vida privada tuvo muchos amores, en el concepto del machismo mexicano va implícita la irresponsabilidad de éste, donde se abandona a la mujer y solamente para “hacerles hijos” se hacían presentes. Pedro, en su vida privada, siempre cuidó y protegió a cada uno de sus amores. No digo que esto es lo ideal y que si tienes dinero puedes ir por ahí en la vida teniendo mujeres o amores. No. Pedro Infante, no proyectó o resaltó el machismo, al contrario. Hay una escena, que nos muestra esto, en la película “Necesito Dinero”, donde El California (Armando Saénz) golpea a su “novia” Lucy (Irma Dorantes) y Manuel (Pedro Infante) le reclama y le dice “no seas imbécil a una mujer no se le pega”. Ese era Pedro Infante.
“Pensar que mil desprecios… Merezca yo de ti”, lo cierto es que Pedro Infante, al no querer queriendo, se convirtió en padre que nos enseñó a llorar, a reír, a cantar, a sufrir, como llora, ríe, canta y sufre el pueblo de México. “Nunca antes tantos hombres habían llorado la muerte de un hombre”, dijo Arturo de Córdova en una narrativa de lo que ocurrió el 16 de abril de 1957, cuando el pueblo enterraba a Pedro Infante y resurgía el Ídolo Pedro Infante.
“Y sin embargo sigo… unido a tu existencia”, también en Pedro Infante encontramos al héroe, uno muy mexicano, como Martín en Ahí Viene Martín Corona y El Enamorado, que hacia justicia y rescataba mujeres bellas; o al héroe que robaba a los ricos y ayudaba a los pobres como Juan Menchaca en Los Gavilanes, película donde la bella Angélica María hacia su debut, o a Raúl Cuesta Hernández quien para descubrir a un asesino se hace pasar por el millonario y excéntrico Víctor Valdés en Escuela de Rateros (ambos personajes interpretados por Pedro) o el revolucionario Agapito Treviño en Cuando Lloran los Valientes.
“Y si vivo 100 años… 100 años pienso en ti…”, aunque la canción 100 años no fue planeada, pareciera que Alberto Cervantes González, autor de la letra y Rubén Fuente Gassón, arreglista del bolero ranchero, 100 Años, vaticinaban que El ídolo de Guamuchil estaría presente en el recuerdo, en la presencia de los mexicanos, durante más de 100 años. Alberto Cervantes, solía contar que Pedro Infante, por capricho, le pidió la letra de una canción que llevara la frase 100 años, aseguraba que con pedazos de algunas canciones que ya tenía, hizo algunos arreglos, la adaptó y se la presentó a Pedro Infante. Con esta canción, amigo lector, nace el bolero ranchero y el vaticinio de lo que iba a vivir Pedro Infante.
“100 años pienso en ti….”
@PacoJuncoN
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