Propone @ITESO replantear la moda
Con nueva carrera propone diseño de ropa ecosustentable
La Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda, que comenzó a impartirse en este ciclo escolar, pretende formar diseñadores con responsabilidad ética, social y ambiental.
San Pedro Tlaquepaque, Jalisco a 25 de agosto de 2017.- Detrás de la prenda que utilizas sólo una temporada, de los pantalones de mezclilla que conservas en perfecto estado desde hace cuatro años o la blusa que una lavada después se vuelve inservible, hay un ecosistema de trabajo que, como consumidores, deberíamos conocer.
“Mucha gente no sabe por qué una camiseta de H&M puede venderse en 150 pesos, hecha con algodón, que es muy contaminante y muy costosa su producción. Cómo puede venir de la India, con producción y acabados en Vietnam, y se vende aquí más barato que un trapo de cocina”, dice Dolores Cortés, coordinadora de la Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda, que comenzó a impartirse este semestre.
Desde tiempo atrás, la Licenciatura en Diseño había detectado esta necesidad, y respondió con clases de patronaje básico y materias optativas como “Diseño de calzado” o “Diseño de joyería”, que fueron algunos de los antecedentes de la nueva carrera adscrita al Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano (DHDU).
“Hemos visto la necesidad de profesionalización en el entorno y posibilidades de crecimiento, así como la diferenciación en el mercado con este nuevo diseño de indumentaria y moda. Las nuevas generaciones de diseñadores necesitan infraestructura, investigación, materias teóricas, espacios de producción, y anteriormente lo buscaban en otros lados. Ahora no necesitarán implementar estos conocimientos fuera del ITESO”, comenta la coordinadora.
Entre el diseño y el empoderamiento
Claudia López, egresada de la Licenciatura en Diseño en 2010, se desempeñó como diseñadora de modas desde antes de graduarse. Trabajó en retail (empresas de comercialización masiva de prendas) hasta que renunció para buscar otras formas de ejercer el diseño de modas.
Se fue a Oaxaca para tomar un curso de telar de cintura y encaje de bolillo. Tras aprender el valor de los textiles mexicanos, buscó un contacto en Chiapas para ver la manera de colaborar con textileras indígenas.
“Yo iba pensando que iba a salvar a alguien”, cuenta López.
“Estaba equivocada. Al llegar, conocí a mucha gente que está involucrada desde hace muchos años y que defiende los derechos de los artesanos de la región y te tratan con mucha cautela, porque muchos van en busca de mano de obra barata”, añade.
Así conoció a Claudia Muñoz, entonces directora de Impacto Textil, una iniciativa que trabaja por el empoderamiento y dignificación de las mujeres artesanas indígenas de Los Altos de Chiapas.
Después de ver su desempeño, la invitó a dar talleres de diseño para las mujeres. Aprendió a comunicarles las habilidades de diseño y colorimetría que aprendió en la universidad, para que las artesanas lo instauraran en sus textiles, y también a conocer y respetar aquellos símbolos sagrados para evitar el plagio.
“Fue interesante compartir conocimientos entre nosotras para crear diseños innovadores que respetaran su cultura. Pude combinar mi experiencia de retail con la producción artesanal, y entendí lo importante que es un proceso de manufactura cuando pones primero a la persona”, dice López.
Rosa Gutiérrez, egresada de Ciencias de la Comunicación del ITESO, también encontró en el diseño una forma de desarrollar su interés por los derechos humanos y la equidad de género.
Su línea de ropa Nahuala combina, a través de la colaboración con mujeres wixáritari, el diseño y el empoderamiento de comunidades. Cincuenta por ciento de las ganancias de los collares de su línea, realizados por indígenas, es otorgado a ellas.
“Cuando trabajas en comunidad, no se trata de tu diseño, producto de tus propios intereses y tu propia generación”, enfatiza Cortés.
“Se trata de pensar qué tipo de producto debes hacer para que a todos los miembros de la comunidad y la cadena de producción les vaya bien”, destaca la coordinadora.
En abril de este año, Gutiérrez viajó a Nueva York para presentar la marca en la sede de la ONU, en la décimo cuarta gala de Women Together, una organización que se dedica a mejorar la calidad de vida de las poblaciones más vulnerables.
En octubre próximo, Nahuala será la única marca latinoamericana que participará en el Fashion Week de Phoenix.
Vestido respetuoso con el ambiente
El impacto ambiental será un factor importante para repensar los materiales de las prendas y los accesorios.
De acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), el impacto del uso de las fibras sintéticas es un problema creciente. Uno de los principales recursos es el poliéster (presente en 60 por ciento de la ropa), una fibra que produce tres veces más dióxido de carbono que el algodón orgánico y tarda decenios en degradarse.
Además, contamina los océanos con microfibras de plástico. A pesar de todos estos datos, en 2016 se utilizaron alrededor de 21 millones de toneladas de poliéster.
Otra oportunidad de expandir el significado utilitario de la moda es en el énfasis que la carrera pondrá en la indumentaria, la cual, afirma la profesora, “tiene que ver con el aspecto utilitario y funcional de la prenda o accesorio. Es un espacio que muchas veces olvidan como un negocio interesante: tallas especiales, ropa de trabajo, ropa de seguridad o ropa de confort, o hasta ropa para embarazada. Es diseño que debe cumplir las necesidades funcionales de quien porta la prenda”.
Cuando el portador de la prenda va por delante, el diseño es adecuado e innovador, y puede hacer la diferencia. López cuenta que ciertas empresas se están subiendo al tren de la sustentabilidad, y después de su experiencia, participó en el diseño de una colección para C&A hecho con pedazos de textiles tradicionales mexicanos que trabajó con Impacto Textil, y que se presentó en marzo, tras un año entero de trabajo de gestión y realización de las prendas.
Es un pequeño paso, pero lo que ella quiere lograr es que sea una práctica constante la utilización de mano de obra mexicana a precios justos, colecciones sustentables con telas a base de PET y con teñidos menos dañinos.
“Se trata de que existan nuevas opciones que puedan ser comerciales y no sean con un costo humano y ambiental tan alto”, opina López.
Gutiérrez quiere dejar atrás la idea de que la moda es frívola, por medio de colaboraciones con artistas plásticos en sus diseños, como con la pintora Indira Castellón.
“Me interesa mucho vincular arte con moda para quitar ese estigma de que es superficial. Tiene un lado muy profundo que es la forma de expresión e individualidad, de cómo a través del vestuario nos empoderamos y empoderamos a otros por prácticas como comercio justo, empleo y respeto a técnicas artesanales o moda sustentable”, afirma Gutiérrez.
La Licenciatura en Diseño de Indumentaria y Moda pretende que el alumnado reconozca que la ropa tiene implicaciones políticas, sociales y ambientales. Es un derecho humano, señala Dolores Cortés.
Gutiérrez ha buscado el empoderamiento femenino a partir de la moda, con el slogan “Yo soy mía”, que remite a la apropiación del cuerpo por encima de las expectativas comerciales, y Nahuala no se queda en palabras: también realiza donación por venta de prendas a la Coalición de Trabajadores de la Industria Electrónica Nacional, que denuncia la violencia laboral y cotidiana que viven las mujeres.
En correspondencia con su interés por sumarse a iniciativas de compromiso social en el campo de la moda, López es parte de Fashion Revolution, asociación con injerencia en distintas partes del mundo que quiere crear conciencia sobre los efectos sociales, económicos y ambientales de las prendas que se producen en masa.
“Los responsables también somos los consumidores, que compramos sin preguntarnos cuál es el costo real de la prenda, de dónde viene, a dónde va; qué es lo que pasa antes de que llegue tanto humana como ambientalmente hablando; qué pasa cuando la tenemos, y qué pasa cuando ya no la queremos”, expresa la egresada de Diseño.